Piedra Fría

 

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Descripción

"Nunca persigas la luz, Yaiza. Es mejor caminar sobre las sombras; ésta puede ser tenebrosa pero no todo lo que brilla es felicidad"        

 

¿Que tanta verdad hay en una amistad?    

Hasta en las mejores relaciones ocurren las peores tragedias,a pesar que tus intenciones hayan sido otras, todo se rige bajo una ley!; no bajo sentimientos.    

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1.- Amina

Hay tantos temores sobre la vida, sobre nuestra existencia, sobre qué hay "más allá". La mayoría teme a la muerte. Yo por el contrario temo de no saber quién realmente soy. La muerte es una salida muy fácil a los problemas y sólo es el fin; el final del camino, la oscuridad del pasillo. Todos tratan de correr hacia la luz, pero ésta simplemente no existe.

Cuando hablamos de años suena algo lejano; muchos días, muchas horas. Pero últimamente esos años se sienten como segundos. Segundos que pesan en cada cambio, un peso agotador y culpable. Y lo peor de la culpa es sentirla cuando haces algo porque según la cultura es el "bien". Pero quién definió el Bien y el Mal. Cómo y dónde, está verificado que todo lo que haces diariamente; pensamientos, acciones, palabras no son las incorrectas? Quién tuvo ese poder para declararlo?

Yo, Amina, no soy la misma de hace aquellos segundos. No giro en el mismo mundo de los demás; y mi vida no es la vida que escribía, porque todos aquellos escritos se quemaron con los fuegos artificiales de aquella noche. Quizás todo este dramatismo y escritura profunda que estás leyendo tenga una pizca de exageración, pero cuando estás situada en el mismo escenario que te marcó la vida, que te transporta a otros sitios y te abarrota de sentimientos, simplemente fluye.

Fluyen como pequeñas gotas de llanto que se deslizan con delicadeza en caricia por mi lagrimal, rodeando mi mejilla hasta caer del precipicio de mi rostro. Pero es difícil confirmar si aquellas gotas son mis lágrimas o la suave lluvia, que por primera vez no la vi venir, no la escuche ni la sentí. Y así es mejor.

Es mejor cuando se mezclan las situaciones y la duda me abarca. Me permite pensar más allá de lo veo y de lo que soy. Sobre si en verdad estoy aquí, de pie sobre el húmedo suelo del pequeño bosque del parque, si el zumbido del fondo es el tráfico latente de la hora pico de la ciudad, si toda esa textura áspera que tocan mis huellas de las manos son los troncos de los árboles. O si todo esto sólo es producto de un sueño, o aún peor de mi imaginación.

Pero yo sé que no, porque aunque el sueño sea un recuerdo, la sensación palpitante de los sentimientos y sentidos me llaman a la realidad, la simple realidad que cualquier otra chica de 20 años puede estar viviendo en este momento. Pero por ahora soy simplemente yo y mi sombra. Puedo añadir también a los recuerdos, pero siguen bloqueados en aquella caja de NO ABRIR, que me tienta a recordar pero sé que sólo producirá daño. Más daño del que puedo controlar.

Estos dos cortos años, desde aquella mañana que me levante con todas la emociones rodeando mi cuerpo sin sentido alguno, o como diríamos la sensación de que algo grave va a suceder, donde mi voz desapareció y no podía emitir sonido alguno, por la única razón de que no sabía cómo hacerlo.

Cómo puedes olvidar el cómo hablar? no tiene lógica alguna, pero nada en esta vida la tiene. Empezando por nosotros. O quizás sí, pero eso es un dilema de perspectivas de vida que no llegan al final del pasillo.

Ya llevaba tiempo dándole vueltas al tema del porqué me comportaba así, porqué me estaba alejando de mis amigos, porqué prefería estar sola, sentada en los pasillos del colegio viendo como las otras masas deambulan de un lugar a otro, observando como sus expresiones describían su estado, como el tiempo avanza hasta llegar a la noche y volver a la rutina del día. Y la razón del porqué se estaba creando un corte de conexión con Yaiza. Ella simplemente va más allá de un "mejor amiga", hermana de otra madre, alma gemelas y toda esa bobería que decimos para describir cómo nos sentimos con esa persona especial. Y esto no quiere decir que sienta una atracción fuera de los límites de amistad con ella. Simplemente ella es yo mismo en otro cuerpo; o lo era.

Pero ahora no sé dónde está. No sé nada de ella, y me sigo preguntado si fue lo mejor, o si hice mal. Toda esta ronda de cuestiones no me permite seguir la rutina que vivía antes de esos casi tres años. Es lo que más extraño, el vivir sin pensar, sin dibujar las opciones para la mejor decisión. Pero el problema está en mí, sí es que no es la solución.

Toda esta charla conmigo misma puede parecer horas, pero simplemente han de haber sido minutos. Minutos de pie en la misma posición, con la mano derecha sobre el grueso tronco de árbol, con los dedos en danza sobre su textura. Con la respiración pasiva pero con una corriente de lágrimas mezcladas con la suave llovizna.

Simplemente soy otra estatua más del parque, aunque mi cuerpo irradia calor, soy más fría que ellos.

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