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Introduction

Cuando Seth se convierte en el líder del grupo, se las ve difícil.
Un hijo de puta.
Un enfermo.
Un tonto.
Un caso perdido.
Un soñador.
Un metalero.
Una lesbiana e ilusionista.
Una a quién nadie lastima.
Una ladrona.
Un descuidado.
Seth no esperaba tantas cosas malas, y dichas cosas obligan a Seth a abandonar el grupo.
Un traficante.

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1: Octavo Día

Primera Parte.

Seth:

Siempre me me dije a mi mismo que nunca he creído en el amor, para mí el amor es algo que los humanos usamos como pretexto para no morir solos y amargados (digo amargados, porque algunos se molestan porque pasarán el resto de su miserable vida solos y feos). 
Mi mejor amigo no piensa lo mismo que yo. Él cree que todos tenemos que amar a alguien y respetarlo(a) siempre. Aunque él piense así yo respeto su forma de pensar, sin embargo él aveces no respeta lo que pienso y mucho menos lo que digo. Eso no importa, a pesar de todo él es quien mejor me entiende del grupo.
El lunes por la mañana, mi celular suena, es un mensaje. Es mi hermana, Lydia.
"Ayúdame a entrar"
Lydia es mi hermana menor, tiene 17 y al parecer no puede despegarse de su novio.
Me levanto de la cama, salgo de mi habitación y bajo a la puerta principal sigilosamente. Abro la puerta cuidadosamente y mi hermana entra.
-¿Por qué nunca te llevas tus llaves?
-Las perdí.
Pongo los ojos en blanco y le digo que suba rápido antes de que mis padres despierten. Regreso a mi habitación y le mando mensaje a James, mi mejor amigo. Éste me contesta de inmediato. Le he pedido que pase por mi para ir a la escuela. Accedió.
Me doy una ducha rápida y después me voy a desayunar. Lydia ya está en el comedor bien vestida, peinada y con poco maquillaje para ir a la escuela, me siento en frente de ella y mueve los labios diciendo gracias. ¿Quién hubiera imaginado que la niña mimada de papi y mami resultó igual que el desgraciado del hermano mayor?
Mi madre nos prepara Hot-Cakes. 
Antes de que termine de desayunar, James toca a la puerta. Cuando lo veo, me levanto de inmediato de la mesa y tomo mi mochila. Mi mamá le ofrece a James pasar, pero me apresuro a decir que ya vamos retrasados a la escuela. No dice nada y nos deja ir.
-Maldición, Seth.
-¿Qué?-Digo.
-¿Hasta cuando voy a dejar de venir por ti?
-Hasta que consiga un puto auto. Ahora cállate y camina.
-¿Cuándo les dirás a tus padres que lo lunes no vamos a la escuela?
-¿Es broma?-Le pregunto mientras saco un cigarro-Nunca se van a enterar. 
James no contesta y seguimos caminando a dónde toda la pandilla se reúne los lunes.
-Ni entiendo porque no vamos los lunes a la escuela-comenta James.
-Porque es el octavo día. Sabes que después del domingo no existe el lunes. El lunes existe el martes. 
Llegamos a la bodega que está cerca del barrio de donde vivo (Soho), la abro y veo a Helena y a Kirk fumando marihuana.
-Al fin te apareces Exley-dice Helena mientras saca el humo.
-Tener un fin de semana ocupado no significa que haya desaparecido un mes, Helena.
-Jódete, Seth. Todos nos preocupamos cuando nos dejaste planteados en esa fiesta y ni mencionar que no contestaras el maldito teléfono.
-Lo siento, maldita sea.
Entonces los cuatro tomamos un cigarro. Lo encendemos y poco a poco la marihuana hace efecto en nosotros. Ponemos algo de música y fingimos bailar al ritmo, de tal modo hasta que nos parezca que nos vemos ridículos.
Más o menos así son todos nuestros lunes. Drogarnos. Hablarnos. Fingir que bailamos. Beber cerveza e incluso, meternos cocaina.
En el octavo día, nosotros creamos o destruimos porque es el día que tomamos para admirar o detestar todas las cosas que hicimos a lo largo de la semana. 
Y hasta donde acordamos, el octavo día sólo existe entre nosotros.

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2: Exley & Mason

Si tuviera que identificarme con un animal, me identificaría con un gato. Siempre he creído que un gato es un misterio, son tan sigilosos y discretos, como yo. 
Pero eso no es lo que importa realmente, pues me tocó la mala suerte de ser un humano. 
Cómo ya es de costumbre, mi hermana me manda un mensaje pidiendo ayuda, y como siempre, la rescato de que mis padres la castiguen. Después, tomo una ducha y espero la llamada de James. Cuando bajo al desayuno, Lydia no está sentada esperando el desayuno. Me desconcierto un poco y subo lentamente las escaleras hasta llegar a su habitación. Abro la puerta y ella está tumbada en su cama, está dormida. Me siento a su lado y comienzo a llamarla por su nombre. No obtengo respuesta así que decido a darle ligeros golpes en la cara; al ver que no reacciona, decido llevarla a la lucha. La dejo ahí y el agua comienza a caer sobre su piel grasosa y el maquillaje corrido. Abre los ojos pero enseguida los cierra. Siento alivio de saber de que no está intoxicada, pero ahora sólo parpadea bastantes veces. Decido quitarle la ropa, sólo por si mis papas llegan a subir; escondo la ropa bajo la cama y después baño a mi hermana.
Cuando termino, cierro las llaves y la saco de ahí; la llevo a su cama y se deja caer en ésta. Comienza a decir mi nombre bastantes veces y con una risita burlona. Está drogada.
-Mierda, Lydia.
-Seth, Seth, Seth...
Saco un conjunto de ropa interior y se la pongo, enseguida saco unos Jeans y una blusa. 
Mi mamá nos llama a ambos, me entra un poco de pánico porque si llegan a ver que la estoy vistiendo y está drogada, el que va a sufrir el castigo mayor seré yo. Me apresuro y en dos minutos ya está lista, sólo falta su cabello. No tengo ni la puta menor idea de como recogerle el cabello sin que se vea que está mal recogido. 
Le paso el cepillo repetidas veces hasta que de desenreda por completo, le pongo unos pasadores y la obligo a levantarse. Sin mencionar que está drogada, está cansada. Se levanta de mala gana y le digo que baje las escaleras y se vaya sin desayunar para que mis papás no sospechan, asiente y se va. Tomo nuestras respectivas mochilas y bajo a la puerta principal. Mi mamá me llama para desayunar pero evado totalmente su pregunta y salgo velozmente de la casa. Tomo a Lydia de uno de sus brazos y la llevo forzosamente a la esquina conmigo. Le mando mensaje a James diciéndole que venga en coche y que se apure. No obtengo respuesta pero casi cinco minutos llega por nosotros.
-Hola, monstruos.
-Déjate de comentarios imbéciles y ayúdame a meterla al coche.
James se baja de éste y yo abro la puerta de la parte de atrás, después entre él y yo la recostamos y pongo las mochilas con ella. 
-¿Qué le pasa?-Pregunta James-Nunca la vi en ese estado.
-Está drogada. Ese bastardo debió drogarla.
-Llevémosla con la mamá de Kirk, sabrá darle algo para que de estabilice.
Asiento con la cabeza y nos subimos al coche. Cuando llegamos a casa de Kirk, James se ofrece a bajarse y pedir ayuda.
Son unos cuantos segundos los que pasan, entonces regresa y me pide que le ayude a bajarla del auto. Entre ambos la bajamos y caminamos a la casa, la señora nos pide que la recostemos en el sofá y lo hacemos. Después, nos dice que ella se encargará de que Lydia no sufra del malestar que deja la droga. La dejamos y después nos vamos a la escuela, y como era de esperarse ya vamos tarde. 
Para la hora del receso, me reúno con James, Kirk y Helena en una mesa.
-El almuerzo cada vez parece más mierda-comenta Helena.
-Me quitas el apetito cada vez más, estúpida-dice James haciendo la bandeja con comida a un lado.
-No importa, no te lo comas-le digo. 
También hago mi plato a un lado, pero a Helena no parece importarle y comienza a comer.
-El tipo que me vende las drogas es bastante bueno-comenta ella mientras agrega más comida en su plato de guisantes-. Se los presentaré y podríamos negociar los cuatro con él. Es lindo.
-¿Quieres que te ayudemos a hacer una ganga o quieres que te ayudemos a que te acuestas con él?-Pregunta Kirk un poco irritado.
-Un poco de ambas-sonríe.
Al lado derecho de mi, hay una mesa vacía. De pronto, una chica muy glamorosa se sienta; está sola.
-Hey, Seth-me llama Helena en voz baja-. Acércate y enamorala con esos ojasos café.
Le echo un vistazo a la chica y su rostro se me hace conocido. Le pongo un poco de atención y examino sus rasgos: cara afilada, ojos color avellana, cabello castaño claro y tiene la piel como si fuera amarilla, como si estuviera enferma. Me le acerco y me siento a un lado de ella.
-¿Elizabeth?
-Sí, Seth-contesta con indiferencia-¿Dónde está Lydia? ¿No estará con el patán de su novio?
-No, de hecho está un poco enferma.
-¿Puedo pasar a tu casa a visitarla?
-Sólo si vienes pasadas las cuatro.
Ella asiente y yo regreso a mi mesa.
-¿Y bien?-Pregunta Helena-Conseguiste sexo casual, ¿no?
Esbozo una sonrisa y sacudo la cabeza. Suena el timbre y todos regresamos a nuestras respectivas clases. Cuando por fin es hora de salir de ese reclusorio, Helena se reúne conmigo, Kirk y James y nos pregunta si queremos conocer al tipo que le vende la marihuana. Todos asentimos. En el camino, Elizabeth se aparece como por arte de magia, no me detengo a saludarla, mi plan es ignorarla pero ella se pega como chicle.
-¿Estás seguro que no puedo ir contigo a tu casa? Lydia no contesta mis mensajes.
Lo pienso un poco porque Lydia no es de ignorar mensajes, le echo una mirada y le digo que sí.
-No iremos a casa todavía, tenemos algo que hacer.
-Helena-dice James-¿Por qué no vamos a verlo en mi coche?
-Porque tenemos que parecer humildes.
James me echa una mirada, yo levanto las cajas y después paso mi brazo alrededor de su cuello, él hace lo mismo y ahorra estamos abrazados. Caminamos un par de minutos más hasta que llegamos a una casita poco colorida en Queens. Helena toca la puerta tres veces de forma pausada; enseguida un chico de cabello castaño y quebrado de ojos verdes, abre la puerta. Al parecer ubica a Helena velozmente, pero nos echa una mirada a los demás
-Muchachos, él es Alexander. 
-¿Qué tal?-nos saluda con amabilidad.
-Alexander, ellos son: Kirk, James y Seth-Helena nos presenta a cada uno mientras que Alexander nos echa una mirada.
De simple vista, Alexander parece ser un buen sujeto, pero lo comienzo a analizar. Tiene el cabello un poco largo, bigote y barba, los jeans rotos de las rodillas, una camisa de cuadros y está descalzo. Me molesta un poco la forma en la que mira a Helena, parece que tiene otras intenciones. Después de que Alexander le dijo algo a Helena (lo cuál no me importó y no puse atención), nos invita a pasar. Su casa es pintoresca y espaciosa, tiene fotos por todos lados; hay una foto que me llama mucho la atención así que me acerco. Es Alexander abrazando a otro chico, puede que sea su mejor amigo o algo porque no les veo parecido alguno, así que descarto la opción de que sea su hermano. Cuando menos me lo espero, éste se me acerca y me pregunta si conozco al otro chico de la foto.
-No-contesto-¿Es tu mejor amigo o algo? No recuerdo haberlo visto antes. Ni siquiera por aquí. 
-Es mi hermano menor. Se llama David.
El supuesto David es casi todo lo contrario a él: tiene el cabello mucho más claro que Alex, además lo tiene lacio; tiene los ojos cafés y tiene la cara un poco obesa. 
-Vaya parecido-digo-. No importa. ¿Tienes la droga?
Alex asiente y dice:
-Síganme.
Lo seguimos al sótano y después nos lleva a un mueble pequeño y polvoriento. Mueve el mueble hacía adelante y en la pared hay tres bolsas medianas pegadas con cinta gruesa adhesiva; enseguida, desprende una bolsa y de esa bolsa, saca otra bolsa peo esta vez, más pequeña.
-Son trescientos dólares por trece gramos.
Todos intercambiamos miradas, inclusive Elizabeth, que hasta me aprieta la muñeca.
-Es de buena calidad, además les estoy dando un buen precio.
Volteo a ver a todos y saco setenta dólares. Le sigue James que saca cien. Y finalmente, Kirk que saca setenta. Son en total doscientos cuarenta dólares. Le enseñamos el dinero y él no parece convencido.
-Son trescientos. No puedo aceptar menos. Si no pueden pagar, váyanse.
Alex guarda la bolsa pequeña en la grande y después la mete en la bolsa pegada a la pared.
-¡Espera!-Grita Elizabeth.
Alex se vuelve a ella y ésta saca los sesenta dólares restantes.
-Con esto debe alcanzar, ¿no?
Alex toma los sesenta dólares y después James le entrega el resto. Finalmente, Alex nos da nuestros trece gramos y después nos acompaña a la puerta.
-Fue un placer hacer negocios con ustedes.
-El placer es nuestro-contesta Helena-. Nos vemos, Hewlett.
James y yo nos separemos de Helena y Kirk y nos dirigimos al coche. Poco después, Elizabeth nos alcanza.
-¿Por qué no te vas ya a tu casa?
-Te dije que quiero ver a Lydia. Además, ayudé a comprar tu cannabis. ¿Tú la tienes?-Asiento con la cabeza-Entonces quiero ir a verla.
Le echo una mirada de desaprobación y finalmente acepto. Rápidamente llegamos al coche y después regresamos a dónde la dejamos. La mamá de Kirk nos la entrega con mejor estado en el que estaba. 
Cuando mi hermana sube al auto, lo primero que hace es abrazar a su amiga. Nadie dice nada en el camino. Todos nos bajamos del coche cuando llegamos a mi casa; Lydia y Elizabeth se van a su habitación y yo me quedo con James a mirar televisión.
Un par de horas después James se va. Unas horas más tarde Elizabeth y mi hermana bajan por la escaleras y se despiden. Lydia se da media vuelta y sube a su habitación, su amiga de queda un instante parada frente a la puerta, de vuelve hacía mí, se acerca poco a poco y me da un beso en la mejilla. Enseguida ella sale por la puerta y pareció que hace un par de segundos molestaba por ve a mi hermana, pero dejé de pensar eso hasta el momento en el que me besó.

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3: La Fiesta

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