La misteriosa familiaaa Jones

 

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Prólogo

Las Reglas:
1.NO SOCIALIZAR, de ninguna manera(sin discusión), nada de llevar a personas a la casa, o salir los fines de semana(principalmente la primera luna llena del mes) y por supuesto NADA DE FIESTAS.
2.No discutir sobre algún asunto familiar, con nadie, jamás.
3.No crear lazos, nada de amistades, y desde luego esta prohibido el AMOR
 
Supongo que piensan que estas reglas son muy raras(yo también lo creo), como la de no salir la primera luna llena del mes, pienso que esto se debe a que mi abuela se creía una bruja poderosa que pensaba que estos días estaban malditos, no es como si madre lo creyera, pero supongo que la idea se instaló permanentemente en su mente y ahora la ha adoptado como suya, claro esto solo es una suposición.
 
No sabía exactamente porque existían estas reglas en mi familia, suponía que mis padres eran sobre-protectores, ya que nos mudábamos constantemente y hacer amistades implicaba tener que romperlas en poco tiempo y claro el tema del amor era risible, mi hermano y yo no nos podíamos dar tal lujo. El estaba en la universidad, a sus 21 años era maduro y extremadamente serio, yo lo solía llamar el hombre de hielo, el era 4 años mayor que yo, por lo que no se molestaba nisiquiera en mirarme.
 
Tampoco sé porqué nos mudamos tan frecuentemente, mi padre es un empresario y mi madre una esbelta y sexy bailarina de ballet, no había nada que implicara salir de casa siete veces en cinco años. Pero yo no reclamaba nada, era imposible para mi hacerlo, tengo un carácter fuerte, pero mi padre lo tiene aún más, y solo mi madre refutaba sus ordenes.
 
Seguramente este es el motivo por el cual me he comportado como una verdadera perra con cualquiera tan estúpido como para acercarseme, convertí el sarcasmo en mi escudo y el dolor en mi arma más poderosa, puedo ver lo que esta mal en la vida de una persona y de esa manera hacerla sufrir.
 
Pese a esto hasta hoy no me consideré mala, solo una joven con traumas, como el incidente a mis nueve años(les contaré eso después), aunque no sé, tal vés me equivoqué.
Últimamente y a causa de un trabajo en el nuevo colegio, en New Hampshire, debo reunirme con el chico más sexy, pero más frío y odioso, que haya existido jamás sobre la tierra, describirlo aquí será imposible, con él necesito todo el tiempo posible para poner mis ideas en orden, la escuela nos dio el trabajo de investigar el árbol genealógico completo de ambas familias, además hay que describir los lugares en que hemos vivido, (para los demás es simple, para mi es una mierda haber vivido en siete ciudades, tres en el último año), así encontré crímenes horrendos en cada cuidad en donde habitaba la familia Jones.
 
Lo que descubrí me dejo pasmada... esas muertes...esas personas... mi nombre es Anne Jones y creo que algo esta mal con mi familia.

 

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El primer día de clases

El tan odiado día llegó, el primer día de clases en mi nueva escuela, tal vés para cualquier persona son difíciles los primeros días, pero para mi, Anne Jones, este primer día sería terrible, mi complicada familia y yo nos mudamos a New Hamsphire a inicios de octubre, esta era la tercera mudanza en un año, y la número siete en cinco años.
 
Yo no esperaba hacer amigos, yo nunca hacía amigos en ningún lugar, pero temía a las miradas y susúrros de gente desconocida, como todo el mundo.
 
Llegar en octubre me haría un blanco fácil, ya habían pasado varios meses desde el inicio del segundo semestre, pero ellos no me conocían, saben, tengo esta forma de protegerme antes de ser herida, que muchos consideran como brutal... se trata de atacar primero.
 
Soy experta en jugar con las mentes y las debilidades de las personas, no sé como lo aprendí, bueno tal ves si lo sé, un horrible incidente pasó cuando yo tenía nueve años, hoy, aquí, en mi cocina, tomando una tostada y un jugo antes de irme, casi puedo revivir cada detalle, el olor a sangre y muerte, antes de abrir la puerta lo sabía...ella había muerto.
 
Siento un ligero beso en la frente y regreso de súbito a la realidad, mi padre me saluda calurosamente y se sienta al lado de mi madre que esta leyendo el periódico. Mi madre es hermosa, un cisne único en sus zapatos de ballet y yo a mis diecisiete años, a menudo me pregunto si algún día llegaré a ser tan bella.
 
Mi padre un extravagante hombre de negocios heredó todo el dinero de su madre, somos una familia acomodada, por lo que no entiendo toda esta mierda de mudarnos todo el tiempo, también tengo un hermano, Thómas, él tiene veintiún años y puedo decir que es bastante atractivo, aunque un dolor de culo, él me considera como su problemática hermana y me ignora todo el tiempo, inclusive al llevarme al colegio, por cierto, no entiendo( por más que lo analice) por qué mis padres consideran que yo sería peligrosa al volante.
 
Me apresuro con mi desayuno, mi hermano no es alguien que sepa esperar y definitivamente no quiero llegar a mi primer día en un autobús o taxi, por lo menos Thómas me brinda cierta reputación (la hermana de un chico ardiente).
 
Antes, en la secundaria, prefería vestirme con ropa holgada, negra y horrible, (si, estaba consiente de que era horrible),esta era la única manera de librarme de las personas, sin que alguien saliera herido, sin embargo hoy, ya en mi ultimo año de preparatoria, decidí que mi actitud era suficientemente fuerte para ese propósito, así que elegí unos jeans ajustados, unos lindos zapatos y una sexy blusa que descubría mi espalda, y que al frente decía :"you are stupid?", que expresaba básicamente lo que sentía por todos.
 
Llegamos a tiempo, pero demasiado a tiempo, la campana sonó en el preciso momento en que yo entraba, no sabía donde quedaba mi clase, pero prefería no tener que pedirle ayuda a nadie, di vueltas como loca, primero caminando, luego corriendo, esto es lo peor que puede pasar, la desesperación llegó a mi y entonces decidí no ir, pero entonces él paso frente a mi, nunca me fijo en las personas a mi alrededor, pero esta vez, yo, realmente sentí a esa persona frente a mi, era guapo, muy guapo, esa fue mi primera impresión de él, tan guapo, sexy y con un ardiente trasero, pero luego deje de mirarlo, en mi familia existían reglas, que nunca voy a romper, no sé porque existen y algunas son muy raras, solo sé que no debo romperlas, mi padre una vez se acercó a Thómas y a mi, después del incidente de los nueve años y nos las dijo:
 
Las Reglas:
1.NO SOCIALIZAR, de ninguna manera(sin discusión), nada de llevar a personas a la casa, o salir los fines de semana(principalmente la primera luna llena del mes) y por supuesto NADA DE FIESTAS.
2.No discutir sobre algún asunto familiar, con nadie, jamás.
3.No crear lazos, nada de amistades, y desde luego esta prohibido el AMOR.
 
No es como si me hubiese enamorado de ese chico a primera vista o algo tan ridículo como eso, pero siempre es mejor prevenir que lamentar, sin embargo volví a mirar y vi el libro en sus manos, era el que utilizaríamos en la clase y el empezó a caminar rápidamente y yo, detrás de él, no puedo negar que mi mirada se desvió un par de veces de su espalda a su trasero, me distraje tanto que choque con él, me disculpe mirando al suelo, pero el negó diciendo:
 
No es para tanto Anne.
Espera, como sabes mi nombre?- dije subiendo la mirada y viendo sus hermosos ojos verdes, un par de cabezas por encima de mí-.
Eres la chica nueva-contestó él con una sexy sonrisa torcida-
Ahh-( si, ya sé fue una pregunta muy idiota)
Pasa-dijo, mientras lo miraba con cara de extrañeza-
Que pases!, esta es nuestra clase y ya vamos tarde-dijo abriendo la puerta cortesmente.
Pero cuando iba a cruzar me detuvo diciendo:
 
Pareces una chica interesante, espero muchas cosas de tí.
 
Quise refutarle o decirle algo sarcástico e inteligente, pero me quedé en blanco, pensé que con este chico sería más difícil utilizar mi genial "encanto".
La clase fue rápida, aunque tuve que presentarme, solo dije mi nombre, edad y materia favorita y ya, allí estaban, los estúpidos cuchicheos, no me importó, el chico al que la profesora había llamado Christian Glove, me tenía absorta y odiaba eso, yo debía cumplir las reglas, siempre, sin excepción.
 
Temía que Christian me hubiese visto mirándolo, pero al parecer no fue así, aunque alguien me vio, oh claro que si, y aquí empieza mi guerra contra el mundo:
 
El es mío, conozco a las zorras como tú y no dejaré que vengan a quitarme lo mío-dijo una chica rubia, teatralmente peinada y con un atuendo mayormente de color rosa, a la que la profesora había llamado Mía Crab.
 
No sé de que hablas, pero quítate de mi camino, ahora- dije enfureciéndome a una velocidad record.
 
Te vi mirándolo, Christian Glove es mío- casi gritó ella, empujándome a un lado, con su tonta amiga riendo sin parar.
 
Y allí explote....
 
Oh ya veo-dije quitando su asquerosa mano de mi hombro- tu eres de las estúpidas niñas que sus padres no querían tener e inclusive pensaron abortar, pero no lo hicieron, claro eso no quiere decir que no vivan arrepentidos por esa decisión.
 
Me empecé a poner roja y a hablar con mayor arrogancia
Crees que todo el mundo gira a tu alrededor y que cada ser es un objeto, pues púdrete, no sé quién eres y no me interesa de quien estas hablando, pero sería el mayor idiota si te quisiera, es más estoy segura que no le importas-dije-
Tu no podrías saber eso, perra- gritó entre sollozos.
Simplemente nadie te quiere-dije amargamente acercándome a su cara, con los dientes un poco apretados-
Quieres que hagamos una encuesta en tu casa-finalicé
Cuando terminé con ella, el maquillaje rodaba por sus mejillas y corrió al baño tan rápido como le permitían sus tacones, su estúpida amiga se quedó ahí helada y con la boca semi-abierta.
 
Quítate gorda,el pasillo es ancho, pero no tanto para que pasé junto a tu enorme trasero-le grité
 
No me había dado cuenta que habíamos llamado la atención de muchas personas que ahora me miraban horrorizados, todos se alejaron con tan solo mirarlos, menos uno... él.
 
Eso es todo lo que tienes....eres patética!-dijo él sonriendo y caminando lejos de mí.
 
No sé porque pero estas palabras me hicieron reír y me asustaron a la ves, pero no, Anne... Anne Jones, las reglas, recuerda las reglas, ¡maldita sea!...esperen, las reglas no decían nada acerca del SEXO!!.
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Entres sueños...o pesadillas?

Desperté de repente en medio de la oscuridad total, las pesadillas, esas horribles amigas inseparables, no paraban de fastidiarme, siempre era la misma, ojos rojos en un cuarto oscuro, en una fría noche, un rayo lejano que caía de repente iluminándolo todo y luego una figura pálida y delgada, (una tan conocida figura), desapareció de allí en un instante, dejando a mi mejor amiga Sophie desgarrada, muriendo frente a mis ojos, yo solo tenía nueve años y aunque me apresuré a llamar una ambulancia y tratar de contener la sangre, todo fue en vano, ella se fue, para siempre, con una sonrisa, dejándome sola, tan sola.
 
No puedo afirmar si la figura en esa habitación era real o solo la imaginé, tuvo que haber sido así, ya que todos hablaron sobre que algún animal salvaje lo había hecho, pero, no lo sé, lo que creo recordar me dice que ellos se equivocan, la figura...era humana.
 
Las pesadillas desde ese momento no se fueron y la culpa, la irá y el dolor se fundieron con mi vida, creo que es por esto que soy una perra, o por lo menos me gusta pensar que así es, porque de lo contrario, toda esa maldad esta en mi naturaleza y no quiero ni contemplar esa posibilidad.
 
No había tenido amigas antes, Sophie fue la primera, cuando no existían las reglas, por lo que podía hacer amigas, aunque siempre he sido rara y propensa a alejar a las personas, siento que todos a mi alrededor tienen miedo, pero ella era diferente, una niña buena, muy dulce y hasta un poco torpe, nisiquiera se dio cuenta que los demás me aislaban, solo se acercó a hablarme un día y al día siguiente, y al día siguiente, fue imposible librarme de ella, y tampoco es como si quisiera, ella era adorable.
 
Desvío mis pensamientos de ella, no puedo pensar mucho tiempo en ella, siento un ataque de pánico venir, veo borroso, siento nauseas y hasta me desmayo de vez en cuando, antes pasaba muy seguido, en los últimos años solo de vez en cuando, es mejor pensar en otra cosa.
Me siento en el sofá, y pienso en mi día, Dios!!, por qué escogí este tema para calmarme, ¡mi día fue un asco!, mi primer día de clases y ya había ofendido a dos personas delante de otros muchos, no sé que me pasa, mi lengua es demasiado rápida, muy afilada, (agacho mi cabeza entre las piernas), mañana será otro día horrible, esas personas no saben quien soy,pero sin duda hablarán sobre lo que hice, a veces cuando estoy así, siento que no es una mala idea matar a todo el mundo y quedarme sola, yo y el universo, aunque el universo sobraría...
Decido ir a dormir, casi a las cuatro de la mañana, esperando y rogando que las pesadillas hubiesen acabado por hoy.
No estuve errada en mis predicciones, desde que entré al instituto me di cuenta de que las personas me veían raro y hablaban de mi, intenté que no me importará y caminé aprisa hacia mi primera clase del día, informática, odiaba esa clase, era tan aburrida, mirar una computadora por horas y seguir comándos, definitivamente no era lo mío.
Me senté en los primeros asientos, cerca del profesor, siempre hacía lo mismo, era el lugar más aborrecido y así era menos probable tener compañeros molestos cerca, sin embargo y para mi sorpresa él se sentó junto a mi, Christian, ese chico tan mortalmente atractivo que dijo que era patética, estaba allí, mirándome de reojo.
 
Hey, como estas?, mejoraste tus insultos?-dijo acercándose a mi oído haciendo que un escalofrío corriera por mi espalda.
 
El como esté no es de tu incumbencia y que tienen de malos mis insultos?- no pude evitar preguntar
Ya sabes son muy infantiles, creo que puedes hacerlo mejor-dijo
Eres acaso una clase de pervertido, he oído de los masoquistas que les gusta que los humillen y los traten mal, pero es la primera vez que veo a alguien que se excita viendo que insulten a alguien más- dije, pensando que tal ves me había equivocado con él, ¡era en realidad un pervertido!.
Wow, eso es un buen insulto, NO, solo me diviertes, es casi poético ver a una mujer tan hermosa, tan rota querer romper a los demás-dijo él restandole importancia, como si fuese cualquier cosa-
Tu no sabes nada acerca de mi- murmure chocando mis dientes- y en cuanto a tu noviecita no creo que algo así pueda romperla, una zorra como ella debe estar preparada para los insultos del mundo.
Él no respondió nada más, la clase había empezado y durante dos horas, permaneció en silencio, solo mirando la pantalla, lo espié un poco, tal ves ¿me pase de la raya?, no es como si fuese la primera ves, pero no sé porque, me importó, era extraño, nunca antes me había importado.
 
Salí casi corriendo de allí y tropecé con una chica, una joven delgada, con el cabello castaño, una enagua larga y unos lentes redondos que cubrían gran parte de su rostro, me miró con los ojos abiertos al reconocer a la ganster que ayer había tenido una pelea con Mía, seguramente tenía miedo a convertirse en el objeto de mi ira, pero esa chica me recordó a Sophie, su vos era casi un susurro, la dulzura de sus ojos, su mirada penetrante, no es que fuesen físicamente parecidas, Sophie era rubia, alta para su edad, delgada y de ojos verdes, esta chica más bien era bajita, delgada y sus ojos eran de color avellana.
 
No me había dado cuenta que me le quedé mirando por mucho tiempo, mientras ella recogía sus libros, (los que yo voté), mi corazón latía como loco, mis manos empezaron a sudar, y mi mente solo divagaba:
 
No Dios, aquí no, por favor!, para, no es ella... no es Sophie, solo se parecen, por favor pesadillas aléjense-pensaba tan rápido como los latidos de mi corazón.
 
Era demasiado tarde, regresé al sueño, la puerta, la mirada, el rayo, la persona, la sangre y luego la sonrisa, mil veces esa sonrisa que me perseguía.
 
Quite la mirada de esa chica de la cual solo sabía que se llamaba Rose, pero no recordaba su apellido, empecé a caminar rápido, necesitaba salir de allí, ahora, si no, me desmayaría delante de todas esas personas, dos espectáculos en dos días, era algo que quería evitar.
Pero para empeorar mi situación y gracias a mi mala suerte, cuando ya mi visión estaba seriamente dañada y tenía certeza que me iba a desmayar, la vi, Mía Crab, caminaba hacía mi con su aire de grandeza recuperado y una cara que me decía que había pasado toda la noche buscando en Internet "Cómo ganar una pelea?" ó "los mejores insultos", o algo así, solo sabía que ella estaba preparada yo tenía puestas todas mis fuerzas en no vomitar y seguir caminando.
 
Quería encararla y decirle todo lo que me había reservado, pero mi padre siempre decía que hay que escoger las batallas, así que di media vuelta y empecé a correr, no me importaron ni los gritos de ella, ni los chiflidos de otros, solo tenía que salir de ahí, el aire libre tal ves me haría sentir mejor y si no, me desmayaría en el patio trasero, a esta hora ya el receso habría terminado y yo tendría suficiente tiempo para reponerme sola.
 
Llegue a la salida, tomé una bocanada de aire, corrí un poco más lejos, entre unos árboles altos, pero tropecé de nuevo.
 
Maldita sea, hoy nadie puede fijarse por donde camina.
 
Lo siento, dijo un ángel, o eso pareció entre las brumas de mi mente.
Era hermoso, piel blanca, ojos claros soñadores ,perfecto cutis , él era tan hermoso, pero no era un ángel, lo supe cuando oí otra vos diciendo:
 
Mira a quien nos trajo el viento- dijo Christian, recostado a un árbol, la misteriosa señorita Anne Jones.
Estas bien, mencionó el otro chico, notando mi estado.
Anne...se puso de pie Christian asustado(no puedo negar que me encantó ver otra expresión en su rostro que siempre parecía estoico)
Tus ojos... dijeron al unísono, abriendo un poco sus bocas.
Que tienen mis ojos?, pregunté tocándome el rostro perpleja.
Son rojos...
Eso fue lo último que oí antes de desmayarme
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