Trust in The Broken Ones

 

Tablo reader up chevron

Prologo

“-Lo siento mucho, Lucy –decía una mujer a mi lado. ¿Qué era lo que sentía? ¿Ella acababa de perder a sus padres? No hice más que mirarla con odio ¿Quién se creía ella para sentir lo que yo sentía? Me miro horrorizada, ¡Ja!, como si yo fuera la que estaba mal.
-La asustaste, ¿sabes? –dijo mi tío John con un tono divertido acercándose cuando la mujer se fue, pero su expresión no era más que melancólica, él si sabía lo que sentía, él había perdido a su hermano.
-¿Y? –me encogí de hombros.
-Es deslumbrante, una niña de ocho años asustando a toda la gente a su alrededor –señalo haciéndonos reír a ambos, realmente, por primera vez en este día. –Siempre me ha reconfortado como iluminas una habitación cuando estás en ella, para mi es reconfortarte tu presencia. Ahora somos tú y yo contra el mundo, ¿está bien? –asentí con nuevas lágrimas en los ojos. Se acuclillo frente a mí y tomo mis manos. –No te fallare, siempre te protegeré no importa qué, eres lo más importante para mí desde este momento. Eres mi luz… eres mi Loxy. ”

Desperté exaltada, Abrí los ojos y me encontré con el rostro preocupado de Alex.
-¿Qué soñabas? –y acaricio mi mejilla.
-Con el funeral de mis padres.
-Oh, ven aquí –me estrecho contra él fuertemente, llevábamos saliendo dos años y todo era perfecto, hasta la noche anterior, cuando discutí de nuevo con su padre. Mis ojos se nublaron, esta sería la última vez que él me estrecharía contra su pecho, la última vez que olería su aroma a almizcle, jabón y especias. Levanto mi rostro y me beso. ¡Dios! La manera en la que me besaba se quedaría por siempre en mi mente, dejarían una profunda huella en mí que nadie podría llenar. Él siempre seria el hombre al cual yo ame, y sería algo extenuante vivir con eso estando separada de él.
Me levante cuando se quedó dormido, tome algunas de mis cosas y las puse junto a la puerta. Me senté para abrocharme las botas en un sillón en la esquina de la habitación, no pude evitar contemplarlo. Siempre me gustaba como sus rasgos se destacaban con poca luz, la luna era la que le favorecía a un más. Era como contemplar un ángel caído.
Un ángel caído que un día, después de hacerme el amor, había dicho: ‘¿Sientes eso? Esa extraña… conexión que fluye entre nosotros. No creo que exista algo más impresionante que eso… Tampoco creo que pueda vivir sin ello.’
¿Por qué ese tenía que ser mi último recuerdo de los dos? Era algo realmente irónico.
Tome mis cosas y me fui.

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capitulo 1. Fiestas, tacones y bailes

Realmente estaba harta de estos tacones. 
¿Cómo una persona coherente mete sus pies en estas cosas diseñadas para la tortura solo para verse bien? Seguía preguntándome mientras los miraba. Si, eran unos Jimmy Choo tipo botín de color negro con un tacón que parecía ser del tamaño de un pequeño hilo de agua tintado de un color oscuro justo para que sea admirado por su belleza, y justo para un arma secreta utilizada para la tortura de cada mujer.

“-Sé que odias usar algo como esto, pero es tu cumpleaños y sé que solo te quedarían bien a ti.
-Aggh, detesto que hagas eso.
-¿Hacer que?- Me pregunto con una sonrisa burlona.
-Comprar algo realmente caro y dar por sentado que lo usare…En algún momento, y rematar con una frase como esa. Aparte mi cumpleaños es en 4 horas.
-Solo digo la verdad.-Contesto riéndose. Me agradaba esa risa, sabía que era una de las pocas personas que tenía el privilegio de escuchar su risa sincera.
-Si uh-huh, siempre lo haces. Gracias tío. - Respondí mientras lo abrazaba y podía inhalar el olor del reciente puro que había fumado.
-De nada Loxy, sabes que eres mi chica favorita. – Dijo mientras correspondía mi abrazo con un apretón y yo reía al escuchar el apodo que él me había dado. “

Sonreí al recordar eso, si bueno su chica favorita ahora lo quería ahorcar por comprar algo que estaba matándome. Al menos quedaban bien con el vestido de coctel negro de un solo hombro que ceñía cada parte mi cuerpo de ensueño (que claro había conseguido por todas las clases que había tomado) y que quedaba arriba de las rodillas (no demasiado como parecerme a la zorra que había pasado junto a mi mientras caminaba y que apenas le tapaba el trasero ni demasiado largo como parecerme a la típica mojigata que estaba siempre sentada sola en una esquina. ¡Oh espera! No eh visto a ninguna… ¡Si ahí esta! Con un vestido pomposo de pliegues gris y cinturón rojo, ¿Acaso estábamos en la iglesia o en un día de campo organizado por la empresa de papá? ), Todos los hombres solteros me miraban descaradamente y los que venían con alguien, muchos ni siquiera lo disimulaban, no era nuevo para mí, estaba acostumbrada a tener que venir a este tipo de fiestas y que me miraran, yo no acudía a eso, yo venía a cumplir mi objetivo. Seguí caminado, en algún momento lo encontraría.

-¡Oye Preciosa! ¿Quieres bailar? – ¡Bingo! Aquí se encontraba mi objetivo, sabía que sería sencillo. Sonreí ladeando la cabeza.
-¿Crees que puedas conmigo…? ¿Cómo me llamaste? ¡Oh sí!...Precioso.
-¡Wooh! La hermosura tiene carácter –Grito uno de sus amigos mientras se despegaba de la boca de la típica rubia a la que se le salían las tetas. 
-¡Cállate Jared! Y si nena, estoy seguro de que podría contigo. –Contesto mientras se levantaba y me ofrecía su mano con una sonrisa que seguro usaba para que se le cayeran las bragas a cualquiera chica que él quisiera. No a mí. Lo mire, tenía el cuerpo del chico sufista, hombros anchos y unos buenos abdominales que se notaban gracias a la ajustada camisa gris que llevaba, el cabello rubio con raíces negras y platinadas gracias al agua de mar, los labios perfectos y los ojos, los ojos verde aceituna que exigían ser vistos. Sabía que él era mi objetivo, no por la fotografía que me habían enviado hace unas semanas antes, sino porque tenía los mismos ojos que su padre.
-Sera mejor que lo hagas. –Dije lo suficientemente cerca como para que nuestros labios rosaran en cada palabra, y tome su mano dirigiéndonos a la pista.
-Soy Luke –Menciono mientras sonaba una canción de Pitbull y se hacía dueño de mi cintura.
-Soy Lucy. 

Después de varias canciones y muchos besos robados él ya me tenía contra una pared en el baño de hombres, besándonos (al menos este sabía lo que hacía) y subiéndome el vestido.
-No me esperaba que si pudieras conmigo. –Murmure sobre sus labios mientras sacaba de mi escote la capsula azul que necesitaba para esto.
-Te dije que lo haría nena. –Sonrió y siguió su camino de besos por mi cuello.
-Luke que tal si te sientas, esto nos facilitara el trabajo a ambos, Vamos cariño, por mi ¿sí?
-Por ti Preciosa lo que sea. –Y obedientemente se sentó en el retrete con la tapa abajo y me jalo haciendo que callera de horcajadas sobre él. Tome su rostro entre mis manos, protegiendo la capsula ente mi dedo índice y medio. Lo bese y mordí su labio inferior haciendo que riera y con la mano izquierda hice que abriera la boca, introduciéndole con la derecha la capsula y cerrándole la mandíbula haciendo que la capsula explotara en su boca. Sus ojos expresaban sorpresa, los míos…objetivo cumplido. Se tambaleo un poco y después murió cerrando los ojos aceituna lentamente; supongo que con esto tal vez su padre aprenda a no meterse con nosotros.

Salí del baño acomodándome un poco más el vestido, camine unos pasos hasta que una mano me tomo del brazo y me jalo hasta un rincón oscuro. Estuve a punto de tomar el cuchillo que se encontraba entre los pliegues de mi vestido hasta que vi sus ojos. ¡Maldita sea, esos ojos!
-¡Sabia que eras tú, nadie puede moverse de una manera tan malditamente sexy como tú! –Dijo con la sonrisa ladeada de la que me enamore hace unos años.
-¡Joder Alex! Estuve a punto de apuñalarte, ¿Es que estás loco?
-Sí, la manera en la que te queda ese vestido hace enloquecer. –Me miro, con una de esas miradas que te quitan la respiración.
-¿Qué haces aquí? –Pregunte retirando la mirada y tratando de ocultar la sonrisa.
-Estaba espiando un acuerdo de tráfico de droga entre Puentes y Sáenz, valuado en millones de dólares, es un nuevo producto, parecido a la cocaína. Se reunieron aquí para probarlo y ver si el trato se hace o no. ¿Tú que haces aquí? –Respondió soltando una exhalación y poniendo los brazos a ambos lados de mi cabeza. Me parecía increíble que aun con estos kilométricos tacones y mi altura el aun así tuviera que inclinarse para estar cara a cara conmigo. Estábamos tan cerca que podía oler su distintivo perfume y el whisky en su aliento.
-Ya sabes, misión aquí, misión haya. Tenía que…
-Baila conmigo.
-¿Qué? –Me mordí el labio, él no estaba pidiéndome eso.
-Baila conmigo, lo deseas tanto como yo. Por los viejos tiempos.

Olvidaba lo bien que me sentía cuando tenía a Alex Ivashkov alrededor. Su piel tostada contrastaba perfectamente con el espectacular azul de sus ojos. Me encantaba su sonrisa, sus ojos tenían pequeñas arrugas cuando lo hacía. Su risa te animaba a reír como si tú fueras parte de la broma. 
Después de que mis padres murieron y mi tío John me acogiera en su casa, lo conocí. Él tenía diez años y yo ocho, mi tío y su padre eran socios en este negocio que llaman mafia y les pareció bien que empezáramos a entrenar juntos en todas las clases que ya llevábamos, entre las cuales estaban artes marciales mixtas, manejo de armas blancas y practica de tiro.
“-¡Pero papa porque tengo que aprender a entrenar junto a esa chiquilla! –Gritaba Alex.
-Alexei ya hablamos sobre esto y habíamos hecho un trato.
-Bueno, retiro lo dicho, ya no quiero hacer ese trato.
Y así siguieron peleando durante quince minutos, mi tío solamente reía y yo solo quería seguir dando patadas y golpes y ¡este niño idiota acababa de llamarme chiquilla!
-Sé que te vencería en una pelea de uno a uno. –Grite llamando su atención.
-Mira niña, solamente no quiero que te lastimes, ve a jugar con tus muñecas. –Contesto con un movimiento de mano.
-Veo a una muñeca aquí y ese eres tú, ¿Por qué no jugamos? ”
Y fue como empezó todo, nuestras pelas, nuestros insultos, nuestras prácticas, nuestras bromas. Todo era nuestro, lo dominábamos todo. Más no dominamos el no  enamorarnos el uno del otro convirtiendo todo en un desastre.

En estos momentos una canción lenta sonaba, una de sus manos sujetaba una de las mías, mientras que la otra tomaba mi cintura. No lo soporte mas eh hice un trazo de mis manos por su pecho, recordando las veces en las que me llegue a quedar dormida sobre el, y entrelace mis dedos detrás de su cuello. Sintiendo como la respiración y el latido de ambos aumentaba su rapidez. Él con un veloz movimiento me acerco mas, apresándome entre sus brazos. No había ningún otro lugar en el que quisiera estar que no fuera aquí, con él.

-Alec, al fin te encuentro. –Dijo alguien interrumpiéndonos. –Necesitamos hablar.
-Ya regreso, espérame aquí. –Me dijo mirándome seriamente.
-No puedo, tengo que irme de aquí, lo sabes.
-¡Joder! ¿Crees que podrías esperarme cinco minutos en la entrada? –No podría creer lo que estaba a punto de hacer.
-Solo cinco minutos, no más.
-Es todo lo que necesito. –Me beso rápidamente, sonrió y se fue con él chico que estaba a su lado. Y sorprendida me dirigí a la entrada.

Esperaba y que esta vez mi mochila no estuviera llena de vomito como la última vez que la deje en los arbustos para esconderla. ¡Gracias a Dios no lo estaba! No es nada cómodo traer tu kit de supervivencia (ya sabes, lo básico como cuchillos, armas y cargadores, y un montón de dinero de emergencia) en tu espalda lleno de vomito.

Estuve a punto de hacer un estúpido baile de victoria cuando la vi. Era una hermosa chica rubia de grandes ojos azules y largas pestañas, llevaba un vestido negro con un cinturón dorado y unos tacones de plataforma dorados que hacía que sus piernas se vieran extremadamente larguísimas, todo en ella concordaba en negro y dorado ¿cómo un ángel que fue a parar en una de estas fiestas dominada por drogas y sexo? Y fue cuando extrajo de su bolso una pequeña bolsa transparente con algo blanco en ella, la abrió y aspiro. Cocaína.
¡Demonios! ¿Realmente iba a arruinar su vida así? Me colgué entrecruzada la mochila y me acerque a ella.
Empecé a hablar cuando de la nada salió un chico y la tomó del brazo. Ella rápidamente escondió la bolsa.
-¡Dioses Christa! Pensé que ya no te volvería a ver, no debiste haber venido.-Alex, hermano aquí está en la entrada, la tengo, larguémonos de aquí. –Dijo este con el teléfono en la mano. 
-Pensé que ya no le hacías favores a Alex, Ed. –Señale contemplando la escena.
-Pensé que el te superaría, al parecer los dos nos equivocamos. –Dijo mientras me abrazaba, sonreí, como extrañaba a este tipo. Era el chico que cuando pasaba tus ojos se sentían obligados de voltear a verlo su piel morena, esos risueños ojos marrón, con un asombroso cuerpo, el cabello desordenado como si acabara de levantarse, todo eso aparte de ser realmente gracioso lo hacían ser simple y sencillamente sexy.   
-No te dejo ni tres minutos solo y pierdes a Christa e intentas robarme a mi chica de nuevo ¿Qué voy a hacer contigo, tal vez… despedazarte? –Lo amenazo Alex llegando.
-Vamos Alex solo fue una vez en la fiesta de…
Entonces lo sentí, esas nauseas que me avisaban que algo malo estaba a punto de ocurrir, las que sentía cada vez que me iban a disparar o apuñalar, las que sentí cuando mis padres murieron…
-¡Hay que irnos! –Empecé a correr, estuve a punto de caer por los estúpidos tacones pero Alex me sostuvo y me miro.
-¿Qué? ¿Qué es lo que pasa? Acaso sentiste las… 
-¡Si! Rápido, ¡AHORA! –Y seguí corriendo, mientras que Alex apuraba a los otros dos, solo me detuve cerca de una reja, me quite los tacones y con la ayuda de la reja les desprendí el tacón, sería más fácil correr así. Me los volví a colocar y en ese momento empezaron a dispararnos. Solamente corríamos, no podíamos detenernos eran demasiados hombres armados intentando matarnos.

Nos acercamos a una valla de cemento, Alex y Ed ayudaban en todo momento a Christa, ya que a cada momento tropezaba con sus tacones dorados.
-¡Alex! –Le grite llamando su atención –Váyanse por allá, yo los distraeré para que ayuden a cruzar a Christa. El solo asintió y empecé a correr a la derecha distrayéndolos de ellos.
-¡Joder, claro que tenía que tomar el lado con alambre de púas! –Exclame subiendo por unos botes, y con las manos hice hueco para pasar al otro lado. Avente la mochila al otro lado y cuando logre pasar el torso aun con todas las púas rebanando el vestido que usaba escuche una voz atreves de los disparos.
-Señorita Valentine, me ofrece una buena vista; pero eso no soluciona el hecho de que rompió el trato de meterse en mis asuntos.
-¡Sáenz, hijo de puta! –Murmure entre dientes para después impulsarme con los brazos y caer al otro lado.
-¡Tiene algo que me pertenece, lo quiero de vuelta! Me gustaría que me lo diera, pero sabe que amo los preliminares y que me encantaría que saliera corriendo de nuevo, ya sabe, permitirle soñar con que lograra escapar. –Podía sentir la jodida sonrisa en su cara.
-Vámonos Lu. –Dijo Alex colgándose la mochila y tomando mi mano para correr de nuevo.

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capitulo 2. Entre borradores y primeros besos

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 3. Deseos de cumpleaños atrasados

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...
~

You might like Ivonne Emerson's other books...